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Las mulas de plata
Las oscuras noches de Apanza de vez en cuando se iluminan con el relincho de una tropa de doce mulas cargadas con un tesoro de plata, que galopan velozmente como ráfagas anunciando su cargamento y a la vez buscando que algún hombre logre apropiarse de él..
Son incontables los años que estos animales han esperado para que se descubra el rito que debe practicarse y así conseguir la fortuna.
Existe una serie de ritos que prometen las cargas de plata, pero sólo hay uno que la asegura y que aún no se ha realizado.
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Aquel que tenga la suerte de ver un chispazo en la negrura de Apanza, debe dar por hecho que el tesoro le ha sido destinado y para poseerlo tendrá que ofrecer en una ceremonia doce hombres castrados y doce hombres vírgenes, solamente así las mulas dejarán su cansado galope, las maldiciones terminarán y las cargas de plata lo harán el hombre más rico del valle.
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